1974
Mi papá vuelve del
consultorio a la noche y vemos juntos la Pantera Rosa, siempre dan los mismos
capítulos. Un día llega más temprano, como a la hora de la siesta. Llueve,
tiene puesto un piloto marrón oscuro. Se murió Perón me dice. No entiendo
mucho. Me pongo contenta porque vamos a poder ver más tiempo la tele.
1976
Volvemos tarde a casa del teatro. Habíamos ido al Avenida. Una vecina nos cuenta que habían pasado unos
hombres hablando del Fitito blanco de un doctor. Mi papá nos deja en casa
y se va a algún lado. Lo volvemos a ver recién al día siguiente. Después dijeron que el PC
fue colaboracionista. Pero para mí mi papá tenía miedo.
1980
Voy por primera vez a
la cancha. Me lleva mi papá a ver Almagro Atlanta en Villa Crespo. Un hombre
putea al árbitro todo el tiempo y a los
gritos. Me asusto bastante, igual me parece que me gusta ir a la cancha.
1981
Sigo odiando la
escuela. Soy buena alumna pero nunca puedo ser abanderada. Voy a clases de
teatro en el Zamorano, los viernes a la noche; en el descanso comemos sandwichs
de salame, todos los chicos sentados en una mesa larga. Volvemos muy tarde a
casa. El viernes es ahora el mejor día de la semana.
Así la infancia: fútbol, política, zamorano.
Justo hoy conversamos
con Estela sobre los padres, las despedidas y el desamparo.
Justo hoy discutimos a
la hora de la cena con Valen y con Kp dónde, cómo y cuándo es conveniente hacer la revolución.
Justo hoy Pili me
mostró un trabajo de filosofía que hizo sobre Judith Butler, el duelo y la
pérdida del otro en una misma.
Justo hoy me dí cuenta
de que ya hace unos días que explotaron los jazmines de la reja de la casa de Plaza.
Justo hoy me dí cuenta de que estamos en septiembre.
Y entonces, a falta de grapa, me tomé con el café de después del almuerzo una copa riquísima de licor de cassis antes de seguir descuartizando a Góngora.
Y entonces, a falta de grapa, me tomé con el café de después del almuerzo una copa riquísima de licor de cassis antes de seguir descuartizando a Góngora.