jueves, 15 de mayo de 2014

Destete


Según la mitología griega, Hera, la esposa de Zeus, el dios de dioses, dio origen a la Vía Láctea.
Su leche se derramó cuando retiró de su pecho, de forma brusca, a Heracles (Hércules), hijo bastardo de Zeus con la mortal Alcmena. Hermes, el mensajero de los dioses, le había colocado a Hércules cuando ella se encontraba dormida, para que así obtuviese la inmortalidad.
La leche derramada formó la Vía Láctea.


El martes me voy a Santa Fe.
Una vez más nos vamos a subir al auto con Xime para salir a la ruta, con mate, chupetines y aceitunas repitiendo por enésima vez un ritual increíble que hace que valgan más los viajes que los congresos de destino a los que vamos, que comenzó hace quince años en un colectivo rumbo a Córdoba, siguió en un colectivo a Bariloche para después transformarse en cantidad de viajes en auto, cada uno de ellos merecedor seguramente de dos o tres post que en algún momento escribiré.

El martes queda solo Luis por primera vez con las diez criaturas (si para Vale y Pili cabe todavía esta calificación)
Pero también quedan sin teta por cuatro días Dolores y Cristóbal
Y yo quiero que la sigan tomando hasta que tengan dos años, no porque crea en las virtudes de amamantar niños hasta esa edad, ni porque sea una fundamentalista de la lactancia sino porque estos dos chiquititos son los últimos.
Entonces, cuando ellos dejen la teta, yo dejo de hacer lo que estuve haciendo casi initerrumpidamente durante los últimos veinte años de mi vida, abandono una habilidad que fui adquiriendo de a poco y en la que me siento omnipotente, hasta para dar consejos o para recomendar pociones milagrosas.
Es que tuve de todo: algunos que la dejaron en seguida como Sonsi que no le gusta la leche, otros que tomaron hasta más de los dos años, como Vale, otros que ni bien nacieron tuvieron que tomar mamadera, por distintas razones como Consu o como Octi y Estani. Tuve de todo: mastitis, fiebres, pus, sangre, visitas a puericultoras, a guardias de hospitales, a ligas de la leche.

Por eso, hoy averigüé y me voy a alquilar el sacaleche que es como un maletín, el mismo que me alquilé cuando Octi y Estani estaban en neo y me tenía que sacar leche cuatro veces por día, a veces me sacaba en casa, a veces en neo. El lunes me lo traen y me llevo el sacaleches al congreso, en el baúl del auto como una valija más para que por lo menos pueda seguir por unos meses más y todavía la teta no se acabe.
Porque a partir de ahora muchas cosas van a ser las últimas, van a dejar los pañales, van a empezar el jardín y no va a quedar nadie sin escolarizar, en algún momento van a estar en la primaria y así de a poco van a ir creciendo como los hermanos.

Por ejemplo como Vale que está dando parciales o como Pili que mañana tiene una prueba de literatura y la tengo aquí sentada analizando una serie de sonetos de carpe diem, de tempus fugit y de collige virgo rosas, rezando para que le tomen en tanto que de rosa y azucena, acumulando recursos poéticos, morfológicos, retóricos, protestando y estudiando.

Y gracias a Pili que anda incursionando en los siglos XVI y XVII encontré la historia del origen de la vía láctea y sus representaciones renacentistas y barrocas
Ambos cuadros aparecen en páginas que apoyan, fomentan y estimulan la lactancia hasta altas edades de los niños y claro, nos hacen sentir héroes mitológicos, diosas, creadores de galaxias.

Pero, por suerte, siempre nos queda Quevedo que es más sabio.  

2 comentarios:

  1. La teta, puede ser, pero se me hace que te aguardan más mamaderas y pañales cuando, dentro de muucho tiempo, claro, empiece el capítulo nietos.

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  2. Ay Dios, capítulo nietos ¡qué horror! No, no lo puedo ni imaginar

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