Me acuerdo hace doce
años: un mediodía bastante caluroso atravesando una y otra vez un
shopping, no sé cuál, buscando infructuosamente el rinoceronte o el
hipopótamo de Rapunzel.
La historia no tendría
nada de extraño si no fuera porque venía de que la partera me
revisara, me rompiera las membranas y me citara para que a la tarde
ya me internara porque Maite estaba por nacer.
Luego de una semana de
estar yendo y viniendo la mujer justo ese día me dijo de hoy no
pasamos. Le pedí por favor que justo ese dia no, que tenía una nena
que ese día cumplía cinco años pero no hubo caso; se ve que no
quería tener que salir corriendo el 31 a la noche.
Por eso antes de llegar a
casa para preparar el bolso tenía que conseguir el animal ese de
Rapunzel como regalo de cumple.
En el recorrido me
agarraron dos o tres contracciones tan fuertes que creí que la chica
nacía ahí,en medio del shopping. Los juguetes estaban casi agotados
porque los habían comprado todos para Nochebuena pero en una
juguetería escondida en el último piso al que llegué por escaleras
apareció el regalo prometido; ahora me acuerdo bien: no era ni un
hipopótamo ni un rinoceronte, era un unicornio.
A la tarde nos fuimos con
Luis al sanatorio.
Odié al médico y a la
partera: cuarto parto y me pusieron goteo, episiotomía, anestesia,
no me dejaron pujar hasta que no prendiera la anestesia. Me dolió
todo. Podría haber parido al día siguiente, hubiera sido lo mismo.
Y Maite que nació
bastante grande.
Quedé agotada, del
unicornio, del parto y de la sensación de que le había hecho algo
no muy bueno a Pili al no impedir que su hermana naciera el mismo día
que ella.
Luis se ve que también
quedó cansado porque se tiró en la cama de al lado de la mía y se
quedó tan dormido que cuando entró una monja a decirnos algo de la
bebita el padre roncaba despreocupado.
En otra dimensión Pili
festejaba su quinto cumpleaños con empanadas y algunas visitas. Y
también con el unicornio.
Mucho tiempo después con
los gemelos y los mellizos las coincidencias de las fechas se
pondrían más fáciles y más bizarras.
Pero todos los 29 de
diciembre cumplen años mis dos nenas.
Maite, en el post anterior
Y Pili
la que se queja porque
nunca pongo nada para su cumple
la que todavía cada 29
de diciembre nos hace acordar de que cuando cumplió cinco años se
le arruinó el festejo porque nació su hermana.
la que el otro día en
una conversación sobre flores, cogollos, épocas y paraguayos me
dijo parezco yo la madre y vos la hija
a la que un rayo le
partió en dos la infancia y así partida en dos siguió adelante
a la que el mismo rayo
cuando no cesa la nubla un poco.
la que nos hace reir
siempre con alguna salida brillante,
la que cuando se
avergüenza de sus padres se rie y nos dice los odio
la que está esperando
tener 18 para irse de la casa aunque después ella misma reflexiona a
dónde me voy a ir
la que se cree que forma
parte de una elite intelectual no se sabe muy bien cómo ni por qué
la que tiene en claro
cómo defender sus ideas y las defiende
Hoy cumple diecisiete
gracias no en una nn por compartir una hist0ria tan hermosa. ya te dije alguna vez que yo los envidio ,yienen una familia maravillosa.
ResponderEliminarRaquel S.
Mi amiga Pili, que acuñó el inmortal apelativo "la señora de los teatros"
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