El sábado pasado, un
lindísimo día de invierno, un rato antes de Brasil y Chile nos
tomamos un tren hacia Manzanares
Octi y Estani querian
hace rato ir a pasear en tren.
Vimos que habían
inaugurado unas estaciones del San Martín pasando Pilar, que una de
ellas era Manzanares donde habíamos ido hace un tiempo a un
restaurant lindísimo.
Los trenes pasan por
Chacarita que está cerca de casa, se los ve nuevos, de un celeste
fuerte. Luis los toma para ir a los tribunales de Retiro, andan bien.
El viernes a la noche ya
lo habíamos decidido pero no les dijimos nada para que no empezaran
veinte horas antes a prepararse. A la mañana organizamos todo y
emprendimos la aventura.
Fuimos con siete, las
tres más grandes se quedaron. Vale porque estaba en lo de Kp, Maite
porque se tenía que ir a hacer un trabajo de Naturales a lo de una
amiga y Pili porque se quedó para llevarla.
Sin posibilidades
económicas a esa altura del mes de ningún restaurant donde ir a
almorzar casi diez personas, Luis cocinó unas milanesas, las
guardamos en una mochila junto con pañales, toallitas, vasos y rollo
de cocina.
Sacamos de abajo de la
escalera el cochecito doble, subimos todos al auto prevenidos media
hora antes del horario en que pasaba el tren, teníamos que comprar
el pan para los sandwichs y los boletos.
Dejamos el auto sobre
Corrientes, justo en la entrada de la estación, cargamos la sube y
caminamos, todos de la mano, hasta el andén que estaba lejísimo.
Perdida, en un recoveco por el que había que pasar antes de llegar a
los bancos del andén parecía haber una panadería, comprar pan fue
una misión imposible, me querían vender sandwichs de milanesas, ya
tengo las milanesas, necesito el pan. No hubo caso.
Llegó el tren, hasta
Pilar grita el guarda, subimos. El vagón no estaba ni lleno ni
vacío. Quedamos todos parados y Luis con Loli y Tótal en el
cochecito. Empieza el desfile de vendedores, los chicos miran todo
asombrados, no saben viajar en otra cosa que no sea auto. Están
felices.
Se desocupa un asiento,
nos sentamos todas las chicas. Luis queda con Octi y Estani parado al
lado de las puertas que no abren. De repente me doy vuelta y lo veo
con Loli y Tótal a upa. No quieren saber nada con el cochecito. Los
siento también conmigo. El tren de a poco se va vaciando. Pasamos
por Bella Vista, nos acordamos de los veranos con los más grandes.
Jugamos a Mari, mari po, mari, mari sa. Sigue el desfile de
vendedores. Compramos turrones para entretener a los más chiquitos
que después de una hora de viaje ya están un poco inquietos.
Después de José C. Paz
el tren empieza a atravesar el campo, vemos caballos, chanchos. Ro
pregunta si cuando lleguemos se van a poder subir a una vaca. No, le
dice Consu muy seria, para montarse a una vaca hay que pagar.
Exactamente noventa
minutos después de habernos subido, bajamos en Manzanares.
Conseguimos pan en una
pizzería cuyo dueño nos vende el que tenía para consumo personal.
Hay unas plazas gigantes al lado de las vías, tendemos la lona y
hacemos nuestro picnic, se suma un perro para alegría de Tótal y
fastidio de Estani.
Cuando terminamos de
comer jugamos un rato al fútbol, nos olvidamos la pelota pero usamos
el envase vacío de coca. Con eso hacemos goles, defendemos, atajamos
y la tiramos afuera. Antes de que pase el tren de vuelta volvemos a
la pizzería compramos helados de palito para todos, en una tele que
se veía pésimo, Chile le estaba aguantando a Brasil.
A la vuelta alfajores,
volvimos a mirar por la ventanilla e hicimos un ranking de los
goleadores con la botella de coca.
Un lindo partido. Un lindísimo paseo.
En la pizzería el dueño
nos había preguntado si eran dos pares de mellizos y si eran todos
nuestros, un clásico, faltan tres les dijimos. Ah, uno más y tienen
el equipo de fútbol, otro clásico.
Llegando, el tren casi
vacío, los chicos medio dormidos: me divierto pensando, como parte
de la dupla de DT cómo formaría nuestro equipo, yo pararía un
4-3-3. De 2 Rosario, decidida, bien plantada, de 6 Maite, juega un
poco sola pero también estaría bien parada, segura. Marcando puntas
Octi y Estani, para que se crucen todo el tiempo y confundan a los
delanteros. De 5 Tótal, jugador fundamental, le falta un poco pero
cuando crezca va a ser un pilar del equipo. En la línea del medio lo
acompañan sus dos hermanas mayores, las conductoras, se cargan, ya
lo han hecho, el equipo al hombro, suben, bajan, recuperan pelotas,
marcan y muchas veces hacen goles, van y vienen. Antes se llamarían
carrileras. Valen saldría con la cinta de capitana, está mejor
porque es más grande, pero Pili también promete en ese puesto.
Ambas tienen la exclusividad en los retos de la dupla técnica.
Y arriba las tres mejores
delanteras. Sonsi de 9 en el medio, molestando a los defensores
rivales cuando quieren salir, pegándoseles en todos lados de la
cancha, protestando bastante y fingiendo faltas con algo de llanto.
Loli, 7, suelta por arriba, una jugadora bien independiente, una
promesa de gol y de sonrisas de festejo. Y finalmente Consu, un 11 de
área, siempre a la pesca, las tres cuartas partes del partido en su
mundo, pero cuando agarra la pelota no hay quien la pare.
Y en el arco, cuando la
defensa ya parece superada y el equipo está a punto de ser vencido,
Felipe, arquero de cometas, de estrellas fugaces y de meteoritos, el
mejor arquero del universo.
Y una multitud de
jugadoras y jugadores ya no propia pero a préstamo en el banco de
suplentes.
Y otra multitud de amigos
en el cuerpo técnico.
Esto logramos en estos 6
mundiales. 20 años juntos.
Cierro los ojos y me
imagino a toda la delegación en Rusia 2018, sacándose una foto, frente a San Basilio en la Plaza Roja.
Valen como capitana, también ideal para argumentar con el árbitro, para atemperar momentos ríspidos cuando parece que vienen las piñas. De las demás posiciones no puedo aportar mucho más, excepto que estoy segura de que Sonsi puede convencer al cualquier referee de que recibió una falta grave con la fuerza hidráulica de sus lágrimitas.
ResponderEliminarSí, sí.
ResponderEliminarFantástica esa virtud de Valen, no la había tenido en cuenta pero es bien cierta. Creo que en eso Pili no la alcanza. Y Sonsi, es Sonsi y sus llantos.
Que bueno sería sentarse en las gradas (?) para ver el partido. bueno... al menos ésta parece ser una forma de verlo. Fernando
ResponderEliminarSí, Fer. Habría que prever unas gradas para el público.
ResponderEliminarIgual este blog funciona un poco como las gradas.
Desde acá se pueden ver algunos partidos.