domingo, 19 de octubre de 2014

Derrota

Toda la semana peleando, con la cabeza quemada.
Haciendo guardias en la puerta del colegio, sublevando a los padres, a las madres, a los niños, a los progresistas,a los moderados, a los liberales, a los stalinistas, a los troskos, a todos.
Sin resultado alguno.
Respuestas varias y disparatadas, cuanto más aprendan mejor, yo los puse acá porque salen de profesores de educación física, ahora de artes marciales habría que agregar, está bien que les den chino, a los hijos de otro obvio y los cuatro días así, juntando firmas, yendo, viniendo y todo es derrota.

Luis me manda por wa una foto, en el asiento de adelante del 140 una mujer estudiando chino, con un silabario tipo tabla pitagórica, como me había explicado Mariano.
Por la calle veo chinos por todos lados.
Los que pueden hacer algo se atajan, nos dicen que los del ministerio no escuchan a nadie.
Ante la ley hay un guardián y encima es chino.
La otra noche paramos en un semáforo por Avenida de los Incas. Una mujer medio trastornada iba hablando sola a los gritos, quedó así porque parece que los chinos se quedaron con el colegio de los hijos me dijo Luis. Y me reí y me dí cuenta de que tampoco es tan grave.
Así que listo, ya hice el duelo.
Anotamos a Rosario en otro colegio, a tres cuadras, el colegio del barrio. Y va a estar bien, va a estar contenta y va a aprender.
Seguro,como dijo Ceci, va a querer a su escuela como sus hermanas quieren a la suya.

Hace quince días que suspendí la vida para pelear, conociendo otras madres que también peleaban, peleando por otras madres que no peleaban.
Ya está, de esta pelea me retiro.

Somos madres. Creemos hacer lo mejor para nuestros hijos. Creemos que nuestros hijos siguen siendo un pedazo nuestro.
Pero vienen los chinos, el ministerio y los boludos de turno y arrasan con todo.
Pero no importa porque somos madres y entonces seguimos.
El sol pudre la sangre y seguimos, las piedras se hacen derrotas y seguimos.

Cada hijo que nace es una herida que se abre y se cierra y seguimos, solas, acompañadas, con paciencia, a los gritos, yendo, viniendo, esperando, sin esperanza, regalando el aire, asfixiando, con escudos, en carne viva, ciegas, ardiendo.
Seguimos.

A lo mejor ser madre es aprender a optar por la otra definición de derrota: la del camino a seguir. Entonces no hay peleas perdidas.

Este es un regalo para mí.
Un episodio no del todo bueno de una película no del todo buena.
Me lo hago todos los días de la madre.

Y me sigue sirviendo


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