El sábado a la mañana
mientras desayunábamos con Ruli, Consu nos mostraba su álbum de la
copa América.
Nada que ver con el del
Mundial, tiene bastantes menos figuritas.
De todos modos es largo,
le sobran páginas hechas para ocupar lugar como la de los arqueros,
los buenos jugadores y unas brillantes que no entendí mucho qué
eran.
Y Consu da explicaciones
medio raras.
Ahora no cambian
figuritas, se regalan pilones, Gaspi le regala un montón a ella,
ella le regala a Thiago, Thiago le regala a Gaspi.
Todos saben las que le
faltan a todos. Consu sabe hasta las que le faltan, por ejemplo, al
primo de Gaspi al que nunca vio en su vida.
Mili tiene a Messi
repetido, con Messi Consu completa Argentina pero Mili nunca se
acuerda de llevarle a Messi.
También le falta una
para completar Bolivia. Diego Bejarano, Danny Bejarano, no, ese es
otro. Diego Bejarano.
Me faltan dieciseis me
dice Consu. Le prometo que cuando le falten quince la llevo a Panini.
Nunca fue a Panini. Me
pregunta cómo es Pannini, si es para cambiar figuritas.
No, le explico, pedís
las figuritas que te faltan, te las dan pero cada una te la cobran
como un paquete. Por eso tenés que esperar a que te falten quince,
para que no nos salga tan caro.
Se queda contenta.
Se compra un paquete pero
todas late.
Parece tan difícil
conseguir una. Pero si en vez de faltarle dieciseis le faltaran
quince podría ir a Pannini.
Yo fui una vez, con
Felipe, cuando estaba en sala amarilla.
En realidad fue él
solo,se había anotado en un papelito las que le faltaban. No había
lugar para estacionar, se bajó con el papelito y el dinero, dí una
vuelta manzana y cuando volví a buscarlo ya estaba en la puerta con
todas sus figuritas y su álbum de Cien por ciento lucha completo.
La Masa, Vicente Viloni,
Mario Morán y no me acuerdo cuáles más.
Todavía hay figuritas
pegadas por ahí, en la heladera, en los respaldos de alguna cama.
Cuando nos dejaban entrar
a verlo y nos creíamos que nos escuchaba si le hablábamos, le
decíamos que se pusiera bien, que lo estaban esperando sus
luchadores favoritos.
Estoy casi segura de que
no nos escuchaba.
El sábado a la noche
fuimos a la misa del 4 de julio.
Cuando terminó hacía
mucho frío.
Consu caminaba por los
canteros de afuera de San Patricio; de repente, se tropezó.
Yo, que estaba un poco
más adelante, escuché un grito. Pero de alegría.
Me dí vuelta y la vi
venir corriendo con una figurita en las manos. Mirá mamá -me dijo-
me encontré a Diego Bejarano, no a Danny, a Diego.
El jugador que le faltaba
para completar Bolivia, para llegar a las quince figuritas, para ir a
Panini, se lo encontró ahí, en el pasto sobre el que se había
caído. Bejarano, con su camiseta verde, el reborde blanco y el
nombre Diego.
Adentro de la iglesia
habían quedado todas las velas encendidas rodeando los agujeros de
las balas de la alfombra.
Afuera un milagro
chiquito. Muy chiquito.
Una nena llena la página
de Bolivia y va a poder ir a Panini para completar su álbum de
figuritas.
El otro día Xime nos
decía que se imaginaba que Felipe y Consu hubieran sido grandes
amigos.
Felipe le mandó la figu
ResponderEliminarYo me acuerdo de Felipe con su álbum. Y con su recipiente repleto de muñequitos Jack!
ResponderEliminarLos muñequitos de Jack, que eran los de los Simpsons casi los tenia todos. Me había olvidado
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