Eso es una situación
particular le contestó alguien a Luis cuando fue a razonar a la
escuela cómo harían las familias que, como nosotros, ibamos a tener
tres horarios de salida diferentes, cuatro de jardín, tres de
primaria no bilingüe china mandarina y una de primer grado bilingüe
chino mandarín.
De ahí a decir el año
que viene andate, medio paso; problema tuyo por tener diez hijos, uno
y se embarazan para cobrar la AUH, dos.
Yo ya me había retirado de esa
reunión.
Menos mal.
Tenía otra serie de situaciones
particulares para enumerar, las enumero acá.
Algunas de otoño, otras
de invierno, más de primavera y unas pocas de verano. Catorce años
de estaciones.
El primer día de clases
de Valen de primer grado. Tenía seis años, la dejamos que cruzara
sola un patio que parecía gigante. Y así creció.
El primer día de clases
de Valen de séptimo grado, le tocaba llevar la bandera, se la habian
dado en el acto de fin de año de sexto, se quedó en casa con
fiebre. Empezaban también Maite y Pili, se llenó de amigos
acompañando. A partir de ahí se hizo una tradición, siempre el
primer día de clase viene alguien con nosotros.
Una tarde que acompañé
a Pili y a sus compañeros de tercer grado a pasear por San Isidro.
Las barrancas, la casa de Mariquita Sanchez de Thompson, el río.
Dos o tres tardes
lluviosas que Estela me invitaba a tomar el té después del cole, se
llevaba ella a Valen y a Pili y nos encontrábamos en su casa.
La cajita pintada de la
biblioteca del jardín con los libros que llevó Enru.
Las veces que volví a la
pileta de imos, ahora obsba o algo así, para las clases de natación
de Valen, de Pili, de Maite.
La máquina de pochoclos en las fiestas
de fin de año del jardín, con Maite y Ceci dirigiendo la fila.
El último día de clases de 2013, las
tres de la primaria con sus papeles de mejores alumnas.
Las reuniones para hacer kilombo en las
que conocí a Sole.
Las cajas que cada madrina forró con
los lunares correspondientes.
La foto de Consu de sala de dos, con
todo un lado del pelo cortado por sus manos.
Esa mañana de febrero,
del otro lado de la vía.
Cuando Luis terminó los
trámites; el primer lugar al que fuimos, acompañadas por Vero y
Ceci, fue al jardín, el lugar donde Felipe había pasado la mayor
parte de su vida; a abrazarnos con sus maestras.
Es muy fácil pero puede
ser peligroso -como un rayo de hierro o una bomba de sangre- querer
arrasar con las situaciones particulares,cortar los hilos, despertar
al jabalí, a sus colmillos esmeralda.
Furia, furia, furia, furia, furia.
Sólo los que vivimos de cerca y acompañamos todos esos momentos podemos comprender la profundidad de el título de esta nota. Y compartirlo. Hasta lo más profundo del alma. Lamentablemente, sin más.
ResponderEliminarGaby, eterna. Corazón gigante. Gracias!!
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