lunes, 6 de octubre de 2014

Furia

Eso es una situación particular le contestó alguien a Luis cuando fue a razonar a la escuela cómo harían las familias que, como nosotros, ibamos a tener tres horarios de salida diferentes, cuatro de jardín, tres de primaria no bilingüe china mandarina y una de primer grado bilingüe chino mandarín.

De ahí a decir el año que viene andate, medio paso; problema tuyo por tener diez hijos, uno y se embarazan para cobrar la AUH, dos.
Yo ya me había retirado de esa reunión.
Menos mal.
Tenía otra serie de situaciones particulares para enumerar, las enumero acá.
Algunas de otoño, otras de invierno, más de primavera y unas pocas de verano. Catorce años de estaciones.

El primer día de clases de Valen de primer grado. Tenía seis años, la dejamos que cruzara sola un patio que parecía gigante. Y así creció.

El primer día de clases de Valen de séptimo grado, le tocaba llevar la bandera, se la habian dado en el acto de fin de año de sexto, se quedó en casa con fiebre. Empezaban también Maite y Pili, se llenó de amigos acompañando. A partir de ahí se hizo una tradición, siempre el primer día de clase viene alguien con nosotros.

Una tarde que acompañé a Pili y a sus compañeros de tercer grado a pasear por San Isidro. Las barrancas, la casa de Mariquita Sanchez de Thompson, el río.

Dos o tres tardes lluviosas que Estela me invitaba a tomar el té después del cole, se llevaba ella a Valen y a Pili y nos encontrábamos en su casa.

La cajita pintada de la biblioteca del jardín con los libros que llevó Enru.

Las veces que volví a la pileta de imos, ahora obsba o algo así, para las clases de natación de Valen, de Pili, de Maite.

La máquina de pochoclos en las fiestas de fin de año del jardín, con Maite y Ceci dirigiendo la fila.

El último día de clases de 2013, las tres de la primaria con sus papeles de mejores alumnas.
Las reuniones para hacer kilombo en las que conocí a Sole.
Las cajas que cada madrina forró con los lunares correspondientes.
La foto de Consu de sala de dos, con todo un lado del pelo cortado por sus manos.

Esa mañana de febrero, del otro lado de la vía.
Cuando Luis terminó los trámites; el primer lugar al que fuimos, acompañadas por Vero y Ceci, fue al jardín, el lugar donde Felipe había pasado la mayor parte de su vida; a abrazarnos con sus maestras.

Es muy fácil pero puede ser peligroso -como un rayo de hierro o una bomba de sangre- querer arrasar con las situaciones particulares,cortar los hilos, despertar al jabalí, a sus colmillos esmeralda.


Furia, furia, furia, furia, furia.


2 comentarios:

  1. Sólo los que vivimos de cerca y acompañamos todos esos momentos podemos comprender la profundidad de el título de esta nota. Y compartirlo. Hasta lo más profundo del alma. Lamentablemente, sin más.

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