miércoles, 25 de febrero de 2015

Cápsula

Como donde ponen a los astronautas cuando regresan para volver a adaptarse a la gravedad, en algún lado leí que se llama la cápsula del vómito.

La cápsula de vuelta de vacaciones, el espacio del vómito, desesperante entre el mar sonando al lado de la cama y el futuro próximo del enfurecido cruce de Belgrano, tres o cuatro veces por día con ocho niños en diferentes horarios de adaptaciones.

Primer día en la cápsula, la vuelta al baldío donde ya no crece el pasto. fui al gremio a buscar todas las mochilas, todos los guardapolvos, todos los útiles, en total para nueve criaturas. Me acompañaron Maite, Sonsi y Ruli. Sonsi no entendía nada, por cada negocio de mochilas que pasábamos preguntaba si era ahí, Ruli no estaba mucho mejor, en el estacionamiento le dijo al hombre que cuidaba los autos, a mí no me tiene que dar mochila, tengo una de barbie que me compró mi madrina.Llegamos, nos repartieron todo menos mochila para Ruli, Maite se llevó un delantal super corto, ahí me di cuenta cuánto creció, no de tamaño, de cabeza, la peor y la mejor combinación de sus dos hermanas mayores, Sonsi protestando porque en vez de pluma le habían dado birome. Cuando nos íbamos le dije a la chica que nos había atendido que en la próxima reunión de comisión de la gremial iban a tener que fijarse si les convenía seguir teniéndome como afiliada. Se rió un poco.

Segundo día en la cápsula. Todo se rompe o se desarma. Se perdió la tortuga. Se rompió el barrefondo. Apareció la tortuga. La cocina a la noche se transforma en un campo de batalla entre las babosas y un ejército de hormigas negras que no se sabe de dónde salen. El lavadero rebosa de ropa sucia, aunque creimos haber traido toda la ropa limpia.

Tercer día. Ayer. Entrevista en el jardín. Lista de materiales, se acabó el ritual de las cajas de zapatos forrados y de las madrinas forrando cajas.
Ahora piden cajas de plástico, la madrina de Loli y Tótal la tiene bastante fácil.
A la entrevista va Luis, sala de dos, siguen tomando la teta, no dejaron los pañales y no dejaron de dormir en el cuarto de los padres aunque ya tienen sus camas. Saben que estamos viejos por eso las criaturas hacen lo que quieren.

Cuarto día. Hoy, mucho calor. Pili que aprueba física confirmando que nos hizo tirar alrededor de cuatro mil pesos en clases a la basura porque podría haber aprobado las materias durante el año dado que a cada una de las que se llevó les dedicó como mucho dos días para estudiarlas.
Y física peor, directa a marzo, en la playa no tocó un libro y hoy aprobó.
Valen que empezó sus vacaciones a principios de diciembre con su viaje al Calafate con la abuela mañana empieza el último tramo yéndose a Uruguay. Sí o sí me tiene que teñir el pelo que lo tengo lleno de canas, Pili aprovecha y pide permiso para teñirse de rojo, porque aprobó, un No obvio.
Valen me tiñe y me ensucia toda la espalda y parte de la cara.
Luis me invita a comer a la noche, para ir cerrando las vacaciones. Me mira la frente, parecés Muerte en Venecia me dice y no nos podemos parar de reir acordándonos del final nada gracioso de una de las películas que más me gusta.

Solo me queda aspirar el vómito de la cápsula lo más rápido posible, limpiarme la frente con un acerito antes de que la tintura me empiece a gotear por las mejillas y contar los días que faltan para el próximo febrero.

Ahora no puedo ir a ningún lado, ni siquiera a cruzar Belgrano, se me rompieron los frenos del auto.

Hay un nuevo color de nissan march, mejor que el azul eléctrico, un azul mezclado con verde. 
Parece el mar, ese que veía desde mi ventana de bahía de los vientos. 
Más Muerte en Venecia.


1 comentario:

  1. Y sí, es la cápsula que llevamos todos (con mayor o menor gracia) como morral, riñonera o botón gástrico, según.
    Cada uno con sus propias y pequeñas desgracias cotidianas, que no dejan de molestar, por más minúsculas que sean. Por suerte cada tanto se traspapela una buena, alguna maravillita que nos ilumina un poco la cara y otras, las menos, que nos entibian el corazón. Éstas son para la petaca, para tomarnos un buen trago cada tanto, y aprovechemos para vaciar la cápsula aunque sea por un rato.

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