lunes, 15 de junio de 2015

Compras



Sábado a la tarde. Casi noche.
La abuela hizo un té con sus amigas y nosotras pasamos con Valen un rato a la salida de los scouts de las chicas.
Venían Xime, Guille y Lu a comer lentejas.
Antes de volver a casa teníamos que ir a Jumbo a comprar algunas cosas, pan, morrones y bebida. Salimos de lo de la abuela Valen, Maite, Sonsi, Consu, Ruli y yo, más un teclado gigante que Kp le había prestado a Sonsi para que llevara a los scouts que no sé cómo Gastón lo hizo entrar en la camioneta de Luis, más el pie del teclado que nos olvidamos y tuvo que volver a buscar Maite.
Todos a Jumbo.
En el estacionamiento acordamos que bajaba yo sola, sobre todo por la seguridad del teclado y su pie.
No sé cómo se escabulló Consu y cuando me dí vuelta ya la tenía al lado mío en la rampa.
A los dos minutos veo a Maite y a Sonsi cruzando a las corridas el estacionamiento para que las esperara y a los cinco Valen y Ruli con la excusa de que no nos vamos a quedar solas en el auto.
Buscamos el pan, el morrón y las mando a buscar Coca, sí o sí tengo que comprar forros, se nos acabaron hace unos días y en eso ya somos fundamentalistas.
A veces me imagino nuevamente embarazada, ahora de trillizos y una larga fila de gente con nombre y apellido encabezada por mis hijas mayores y detrás de ellas otras personas conocidas más todos los profesionales presentes en mi última cesárea reprochando nuestra irresponsabilidad.
Sí o sí tengo que ir en procura de los forros.
Pero cuento con algunas desventajas: no me puedo sacar de encima a Sonsi, Consu está manija para comprar las figuritas de la Chile y tenemos que pasar las cosas por el scanner de la caja rápida.
Maite y Valen ya están en la caja, hago tiempo la mando a Consu a buscar sus figuritas, Sonsi pide permiso para comprar chicles, le digo que sí y también me la saco de encima.
Encuentro lo que busco.
Tanto las figuritas como los Prime vienen en cajitas de plástico, Maite scanea las figuritas sin problema pero no puede creer lo que le estoy dando en la otra cajita.
Pone cara de asco y se lo aleja del cuerpo.
Y el scanner no pasa, la pobre Maite vuelve a probar frente a los gritos de sus hermanas que preguntan qué es eso y los forros no pasan.
De atrás escucho la voz del sentido común, la de Valen, que me avisa mirá que en farmacity hay dos por uno.
Los devuelvo a su lugar. Volvemos a casa.

Más tarde tengo que llevar a Pili al subte, le contamos la historia, Valen insiste con el dos por uno. Uno para vos y otro para ella reflexiona Pili y Valen se enoja.
No necesito dice, y pienso que ya no quiero ni abrirle el placard por no encontrarme con la tableta de pastillas.
Pienso que por lo menos Pili no dijo uno para vos y otro para mí.
E inevitablemente pienso también que rapidísimo que crecen todas.
De vuelta del subte paramos en farmacity.
Valen se queda en el auto con Sonsi a la que no nos podemos nunca sacar de encima. Fijate lo que comprás me dice antes de que me baje, no vayas a confundirte y cuando llegues a la caja hagas el papelón de tener que ir a buscar otra marca u otro modelo.
Le faltó decir por hoy ya hiciste bastantes papelones.


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