lunes, 28 de septiembre de 2015

Ejercicios



Entro a la página del CONICET. Siempre publican noticias científicas para que uno se informe de las novedades mientras espera que la página lo direccione a la pantalla que uno necesita.
Una de las noticias científicas lleva un título más poético que de ciencia: El color que brillará en el cielo. Explica por qué, cuándo y cómo la luna se va a poner roja.
Y la noticia sigue: Redonda, roja, eclipsada, la luna será escrutada por millones de miradas esta noche
El título y la forma de empezar la noticia parece una poesía. Un lindo ejercicio para mi clase del jueves podría ser escribir algo con eso. Me adelanto y lo escribo

I
El color que brillará en el cielo
rojo, de sangre, redondo, eclipsado. No es la luna
Yo ví una vez una luna roja, en Yalta, se hundía en el Mar Negro.
Todos creen que van a ver una luna sangrante, un eclipse purpureando el cielo,
no la nieve.
Pero la luna roja ya se hundió.
Esa noche, en Yalta, había barro color ladrillo oscuro.
Y la playa era de piedras blancas, lavadas. La vi por una ventana de vidrios llenos de sal.
Todos teníamos el mismo gusto en la boca: a luna hundiéndose en su propio reflejo abandonado.
Hoy escuché cómo una mujer decía, mañana a las 9 de la noche lo van a pasar por la tele.
Sé que aunque lo pasen por la televisión no es la luna.
A la luna roja yo la ví hace mucho tiempo hundirse en las piedras del Mar Negro.


II
El color que brillará en el cielo esta noche
es el de la victoria.
Es el humo rojo de las bengalas que tiraban desde la popular cuando adentro de la cancha el arquero atajó el penal.
Cuando el cielo del Bajo Flores se pintó de rojo, como esa tarde que nos salvamos del descenso, cuando creíamos que el tiempo se quedaba ahí sin pasar en esos tablones de madera.
El arquero atajó el penal y empezo a brillar el cielo atrás de las banderas.
El delantero amagó para un lado, para otro; el arquero nunca se comió el amague, se tiró al palo izquierdo, acarició la pelota con la yema de los dedos y la sacó afuera, limpia, sin rebote.
El cielo se oscureció de pronto, temblaron los edificios, llovieron piedras las nubes, corrieron sangre los ríos y la luna solo quedó iluminada por la luz de las bengalas.
La tribuna explotó de alegría; y como el mejor vaticinio el humo rojo tiñó el aire avisando que ahí, en el Bajo Flores se estaba sellando el triunfo.
Ese es el color que brillará en el cielo esta noche.


III
El color que brillará en el cielo esta noche 
es el de salir en el auto a buscar a Pili a lo de Anita.
Con Sonsi, con Loli, con Tótal, con Octi, con Estani.
Escuchar 
que Loli tiene miedo de la luna, 
que Tótal dice que a la luna hay que hacerle una casa y darle de comer pollo track, 
que Estani se me tira encima para ver mejor, 
que Octi está más contento viendo un camión de basura que anda por la calle que la luna roja en el cielo 
o que Pili, cuando sube al auto, dice que el eclipse no está tan bueno, que la luna nada más parece que está tapada por una nube.

Y pensar 
que el color que brillará en el cielo esta noche 
es también un poco el color del vacío



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