Mañana de superclásico.
Superclásico que empezó
anoche.
Pili llorando porque se
llevó matemática, técnicamente lloraba no tanto porque había
completado con la incorporación de las matemáticas el podio de
diciembre sino porque la profesora también lloraba al mandarla. Le
daba más pena la pobre docente que ella misma que tiene que rendir
el 29 de diciembre, que además de ser 29 de diciembre es el día de
su cumpleaños.
Buscamos a Consu. Salió
de la casa de Gaspi vestida de jugadora de Boca, su amigo de los ojos
preciosos le había regalado una camiseta violeta de Boca que a él
ya le quedaba chica y unos shorcitos con el escudito y el número 9,
todo de Viatri.
Consu contentísima.Pienso
cómo vamos a hacer para dentro de cinco, diez o quince días
convencerla para que ponga esa ropa a lavar. Encima Gaspi la invitó
para hoy a ver el partido a la casa.
A las doce de la noche
habíamos logrado acostar a todo el mundo, menos a Tati que andaba
dando vueltas por los techos. Aparece Valen en el cuarto que quería
ver los penales entre San Pablo y Medellín, que era en realidad
Atlético Nacional. Mientras pateaban los penales nos preguntaba cuál
de los dos equipos era preferible que pasara a la final. El de
Colombia le contesté, siempre es complicado ir a Brasil. ¿qué es
que sea complicado ir a Brasil?, me dice. No le contesté. Valen
hablando de fútbol pone a prueba toda la paciencia que creo que me
ha ido añadiendo a lo largo de esos últimos veinte años cada uno
de mis hijos. Me enoja, me exaspera, me saca de quicio que cada
domingo que juega River en su cancha, cada partido de copas extras
que juega River en su cancha ocupa impunemente una platea junto a su
novio y no sale del comentario promedio de aquél que no entiende
nada de fútbol.
La mañana siguió de
super clásico.
Me desperté a las seis
con la luz que entraba por la ventana y me volví a dormir hasta las
nueve. Maite y Pili ya estaban estudiando en la cocina, una
geometría, la otra boquitas pintadas.
Luis ya se había ido y
vuelto a tribunales.
Octi y Estani que tenían
una costra de mugre de días y que sí o sí tenían que bañarse.
Entro a ponerles el agua. El baño con un olor asqueroso y con cosas
raras en el lavatorio, restos de alimentos. Miro bien y hecha un
bollo en algún rincón de la bañera una toalla llena de vómito.
Pero nadie parecía haber vomitado. Deben ser los bebés
conjeturamos, pero ningún bebé puede juntar prolijamente el vomito
con una toalla, ni embocarle en un lavatorio que les queda alto. Por
ahi se escucha Consu ah, me parece que fui yo, pero no quiso agregar
mucho más.
Claro, se le arruina el
programa de la noche de visita futbolística a lo de su amigo de ojos
preciosos
Justo en el momento en
que voy a empezar a bañar a las criaturas suena el teléfono, la
abuela, media hora de relatos variados. Justo en el momento en que
cortó salen los chicos de la ducha, no sabés el color del agua me
dijo Luis.
Recordamos el agua verde
de la pileta que ya no tiene solución y la ponemos a vaciar; de
todas formas este verano había que pintarla.
Mediodía. Consu come lo
más bien. Maite cuenta los días que faltan para ir con Ceci al
Colón a ver Cascanueces. ¿vos sabés cuál es el Colón del fútbol?
Le pregunta Luis a Consu, la chica ya vestida con el equipo de Boca
desconoce la respuesta, la Bombonera la instruye el padre. Yo le digo
y la cancha de River ¿cómo se llama? , espero un Gallinero. El
Monumental me contesta muy seria, camiseta violeta de Viatri. Sigue
comiendo lo más tranquila, el vómito quedó lejos, en la madrugada.
Un poco antes del
mediodía se había ido Pili, a su propio superclásico, a salvar
teoría literaria, a despedazar a Puig. Misión casi imposible,
aunque en este caso creo que no es por culpa de ella, nunca se lo
dije ni se lo voy a decir, pero sus preciosas amigas que leen este
blog se lo podrían avisar.
Un poco después del
mediodía se va Valen al superclásico, camiseta de River, shorcito y
una cartera al hombro. Hay que estar temprano porque si no hay unas
gordas que ocupan los lugares me explica.
La tarde continúa
tranquila, reunión de entrega de informes en la sala de rosario, la
maestra llora, los presentes lloramos, firmamos las hojas, hablamos
del acto de egresados, la maestra vuelve a llorar, los presentes
volvemos a llorar, firmamos más hojas, nos vamos.
Yo iba a un jardín en la
Boca, escuela 13 del distrito 4 República de Chile se llamaba. El
otro día mientras buscábamos en la Boca un cajero con Xime antes de
subir a la autopista para irnos a Mar del Plata era la hora de
entrada de los colegios y las calles estaban llenas de chicos yendo
al jardín, ahi me acordé de mi jardín República de Chile y Xime
me contó que el de ella que se llamaba Wal Disney, que quedaba más
para el lado del Zamorano, y que pese al nombre era público.
En ese jardín, en el
República de Chile había en los zócalos unos cañitos.
Una vez un nene se abrió
la cabeza con ese cañito. Mientras me acuerdo de eso me entra un wa
de la mamá de Gaspi que se golpeó contra un cantero cuando jugaban
a la pelota en el recreo,
Se suspende entonces el
encuentro de amigos para ver el superclásico.
Si hoy ganara Boca
podrían juntarse para ver la final. Que encima es contra un equipo
colombiano, no tiene la dificultad que no entendía Valen de ir a
jugar a Brasil.
Es un dilema, detesto a
Boca, pero la amistad entre Consu y Gaspi podría dar vuelta eso.
Y no tener que soportar
los comentarios de Valen si River sigue en carrera, no sé.
Un añadido:
Ayer se jugó la final de
la copa Argentina, Huracán contra Rosario Central, la ganó Huracán.
Me puse contenta, tengo muy buenos amigos de Huracán.
Ayer también se murió
Angel Tulio Zof, el eterno técnico de Central.
Me dio pena. Yo le decía
Zoft como si pronunciara mal el apellido y creo que Luis se enamoraba
de esas cosas, antes hace veinticinco, veintiseis años, cuando
teníamos diecisiete, dieciocho, cuando se enamoraba de mí por
cualquier cosa, cuando nuestra pareja no era esta mezcla de empresa de
transportes, de catering, de limpieza y de mantenimiento edilicio
que es ahora, era un helado en barrancas, ir a tomar cerveza, ir a la cancha a ver cualquier partido.
Y capaz que entonces entiendo un poco más mi exasperación con Valen.
Y capaz que entonces entiendo un poco más mi exasperación con Valen.