Pasó el día del
cumple de Consu.
La secuencia
siempre es la misma, día de Castilla y León, cumple de Consu, festejo del
cumple de Nancy, festejo del cumple de Consu, comida de Castilla y León.
Y me acordé de
un 23 de abril, hace exactamente cuatro años cuando esta rutina no estaba
todavía establecida del todo. Un viernes 23
tenía turno para hacerme una ecografía.
Después de los
procedimientos de siempre que realizaba por octava vez: atraso, evatest, visita
a Claudia, órdenes para análisis tenía turno finalmente para una ecografía.
Me acababa de
quedar sin mi prepaga de siempre y no sabía donde ir.
La llamo a Vero,
que me manda a uno por ahí, por las facultades, es bastante bueno.
Claudia que
decide pedirme una ecografía normal, no transvaginal, total todavía no se ve
nada.
Yo que decido
que voy sola, Luis tenía algo que hacer y total es la primera y ya sabemos que
no se ve nada.
Me tomé el
subte, caminé para el otro lado dos o tres veces hasta que encontré el lugar,
llamé a Vero para que me ubicara, llego, subo tres o cuatro escaleras, me
siento en unos asientos, recuerdo el lugar como vidriado, transparente.
Me llaman, me
hacen pasar a un consultorio.
Me da la mano un
médico con cara de ser la segunda o tercera ecografía que hacía en su vida.
Me acuesto, me
llena la panza de gel y empieza a pasar el aparato, el lugar seguía
transparente. Va, viene, vuelve a ir y a venir, tarda, tarda un montón.
Me pongo un
poco, no demasiado, pero un poco nerviosa.
Me pregunta como
si me preguntara cómo me llamo si me hice algún tratamiento, no le digo sin
entender la pregunta.
Me vuelve a
pasar el coso ese, lo para en un lugar de mi panza y escucho el corazón.
Me alivio.
Me vuelve a
pasar el coso ese y en un lugar de mi panza lejísimo del anterior escucho el
corazón.
Repite el
proceso dos veces más. Y entonces diciéndolo como por primera vez en su vida de
ecografista o repasando mentalmente en cuatro segundos el protocolo para esos
casos me informa: Bueno, son dos.
Y dio vuelta el
monitor para que mirara lo que no entendía. Creo que me puse a llorar, que le
conté los últimos tres años de mi vida en dos minutos, creo que ahí abandonó el
protocolo, dejo de pasarme el coso por la panza, me miró y me dijo -dejando de
lado toda rigurosidad científica- entonces, es un milagro, ahí no sé por qué lo
imaginé musulmán practicante o judío ortodoxo. Me dio la mano y me deseó
suerte.
El lugar se
había puesto más transparente, más vidriado.
Salí a la calle
y la llamé a Claudia, son dos le dije. Me tranquilizó, vas a tener que tomar hierro,
capaz tenga que hacerte una cesárea, venime a ver y hablamos.
Lo llamé a Luis,
me largué a llorar, pensó que le estaba haciendo un chiste, me costó
convencerlo de que era cierto, me estás jodiendo me decía. .
El día seguía,
lo llamé a Mariano con el que había quedado en encontrarme en el instituto, se
me complicó la tarde, pensé en decirle la vida, me iba a entender, ellos
esperaban a Toto para septiembre.
Me fui a la
oficina de Luis, nos abrazamos, pasé por el consultorio de la abuela, le conté,
qué lindo me dijo y en el verano total si no se pueden ir a la playa las nenas
tienen la pileta, todo solucionado.
Más tarde me
encontré con Vale, no le dije nada, fuimos por Santa Fe para que se comprara un
vestido para una fiesta de quince y un abrigo, lo pagué en cuotas, ya no me va
a alcanzar la plata pensé.
Después me
acompañó a un lugar a leer un pedazo del Quijote, se comió un tostado mientras
yo leía, estaba Julia a quien veía por segunda vez en mi vida, quise contarle
pero no me animé.
Hacía frío, a la
nochecita nos tomamos un colectivo y volvimos a casa.
Después volví a
hablar con Claudia, le conté a Vero, me escuchó Fabiana...
Al día siguiente
Consu cumplía y festejaba sus tres años y todo de a poco se fue volviendo más
transparente.
Ahora Octi y
Estani duermen en sus camas, en horas el almuerzo de cumple de Nancy, el sábado
la fiesta de cumple de Consu que acaba
de cumplir siete.
Y todo sigue.
Me hiciste acordar a cuando mi hermano nos contó que mis sobrinos eran mis sobrinos y no mi sobrino jaja
ResponderEliminaryo a esa altura de 2010 sabía que la futura compañera de neo y sala de 2 de Tani y Oti (como los llama ella) era una sola y que supuestamente llegaba a fines de noviembre!
Claro, eran las épocas de las primeras ecografías, abril. Y llegaron todos antes! Esa experiencia en neo en algún momento será un post.
ResponderEliminarQué lindo está escrito. Me acuerdo perfectamente ese momento. Era en la Casa de Madrid de la calle Libertad. Hablamos un ratito...pero de eso no. Beso
ResponderEliminarClaro.
EliminarLa Casa de Madrid, que después se mudó.
En 2012 con los siguientes mellizos te conté enseguida.
Bienvenida a la bici !