domingo, 6 de abril de 2014

Bajo Flores

Mañana, si todo en mi mente sigue como hasta hoy voy a ir a la cancha. Si, además, Vale vuelve antes de las 3 de la tarde de la casa de Kp a la que se va en un rato, si Pili vuelve antes de las 3 de la tarde de la casa de la amiga a donde va a dormir hoy después de un 15, si Maite no se va al cine a ver Violetta, si Sonsi no se va a estudiar piano a lo de la abuela y en caso de que nada de lo anterior ocurra si Consu acepta quedarse a cargo de la casa y de sus dos hermanas menores, lo que no sólo es difícil sino que dejaría entrever una falta de responsabilidad absoluta por parte de sus padres.
Mañana, si se dan todas estas variables previas, voy a ir a la cancha.

Hace veinte años íbamos con Luis todos los domingos, seguíamos a Español de local, de visitante. Muy pocas veces íbamos en auto, la mayoría en colectivo, y después al bajo flores desde Avenida Eva Perón, que creo que todavía era del Trabajo.
Una vez contra Quilmes llegamos bajo una lluvia espesa que no dejaba ver a los jugadores, otra vez contra Talleres entre los tetras de los hinchas cordobeses que alfombraban las calles en ese momento de tierra de los alrededores del Estadio España.

En esa época Español estaba en la A y la ida al bajo flores significaba poder ver jugar a Boca, a River, a Independiente en un territorio calmo, en una popular casi vacía.
En esa época yo escribía la verdadera historia del Deportivo Español, había inventado que compraban a Maradona en secreto y lo regalaban al Barcelona, que venía a gestionar el club Honorino Menéndez Pelayo (el hermano de Marcelino), que las ovejas se comían el pasto de la cancha y no sé qué otras cosas más, la cronista de toda esta historia se llamaba Elsa Morano.
En esa época creo que quería ser escritora pero no lo sabía. Después, me pareció mejor estudiar literatura española.

Mañana lo que quiero es cruzar la ciudad hasta el Bajo Flores, con Luis como siempre, pero llevar además a mis tres hombrecitos.
Ahora Español está en la C, ni sé contra quién juega, ni sé cómo va en la tabla.
Si vamos, será a la platea, estamos viejos para la popular y los chicos son muy chicos.
Capaz se aburren, a Octi le pongo más fichas, a Estani nada y Tótal es un bebé.
Los dos grandes tienen un equipo de Boca cada uno, camiseta y pantalón, se los regaló Santiago, el gran padrino que tiene Estani.
Tótal no tiene nada, ni siquiera tiene padrino.
Igual el fútbol todavía no les interesa, a ninguno de los tres. Encima no sé si mañana juega Boca.

Pienso, si fuera Elsa Morano, cómo seguiría mi historia veinte años después:

Español no se hubiera ido nunca a la C.
Mañana jugaría contra Boca en el Bajo Flores.
Llegaríamos a la cancha en colectivo, con banderas rojas, llevaría las castañuelas que me trajo la abuela de Sevilla el año pasado y que estoy aprendiendo a tocar en el Zamorano.
Me acompañaría Luis, como siempre, mis tres hijos chiquitos y mi muchachito de casi 14 años al que el padre finalmente lo hubiera convencido de hacerse hincha furioso de Boca, pero que mañana por una excepción y un pedido especial de su madre hubiera hinchado por Español.

Y no sé si voy a ir mañana a la cancha o si me quedo con lo que podría haber sido ese Español Boca   en el Bajo Flores.

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