Lei en el diario que en un rato, el
martes a la madrugada hay un eclipse total de luna.
Que va a ser el mayor fenómeno
astronómico del año.
Las nenas tienen un
telescopio que les regaló Xime, otra de nuestras grandes madrinas,
en este caso la afortunada es Sonsi.
Capaz que con las lentes
del telescopio se vea mejor el paso de la luna por el cono de
sombras, igual parece que va a ser fácil verlo a simple vista, lo difícil es la hora, las cuatro de la mañana.
El problema no es que los
chicos se lo vayan a perder porque no se levanten a verlo sino que se
levanten y que consideren que ya es momento de desayunar, de ver Jake
y los piratas o que justo enganchen a Zamba en Paka Paka o a Violetta en Disney Junior o cualquier cosa.
Las
medianas tienen un plan más temible: quedarse despiertas
toda la noche.
Pili protestando que
mañana tiene natación y que a la hora que se levanta si queremos
nos levanta a todos para ver la luna roja.
Y Vale no sé si vuelve o
si queda en algún lado, fue a la cena de Pascua con Kp con quien además hoy cumple un año de estar juntos.
A Felipe le encantaban
las cuestiones de los planetas, quería ser astronauta. Cada vez que
había algún acontecimiento astronómico se confundía y en vez de
decir hoy hay fenómeno decía hay demonio.
Una vez que estuvo Marte
alineado no sé de qué modo especial durante diez días fuimos una
noche al Planetario a verlo por un telescopio profesional, con Maite
bebita, los tres.
Hicimos una cola
kilométrica hasta que Felipe decidió colarse, se trepó al
telescopio, me llamó y vimos una monedita de diez centavos, pero
roja brillante.
Eso era Marte.
Por eso siempre que hay
uno de estos demonios astronómicos no puedo dejar de acordarme de mi
astronauta.
Antes, algunas noches de
verano, yo salía al jardín y miraba el cielo, por si había alguna
estrella brillando especialmente para mí.
Pero no, eran épocas en
las que de las estrellas solo parecían llover, filosos, cuchillos
de sus puntas.
Ahora, lastiman menos.
Hoy cuando leí la nota
del eclipse dudé en escribir o no un post al respecto pero justo me
llegó esta invitación.
Y pensé qué suerte que
tengo mi blog.
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